El acero es un material amigable con el medio ambiente, ya que se puede reciclar tantas veces como sea necesario, con la adecuada separación de basura metálica, en muchos casos de cobre y estaño. Afortunadamente, cada vez es mayor la proporción de material reciclado que se utiliza para la fabricación del acero.
Este proceso es imprescindible para la estabilidad de los precios del acero, siendo beneficioso para la industria que produce el acero y para el consumidor. Actualmente existe una cantidad enorme de calidades de acuerdo al uso final, pudiendo ser desde un simple envase para jugos, hasta piezas muy sofisticadas y delicadas como el Gran Colisionador de Hadrones.
Es por esto que las plantas siderúrgicas son cada día más conscientes del beneficio de utilizar chatarra y existe un esfuerzo continuo para acondicionar de mejor manera las plantas que tratan este tipo de desechos, invirtiendo en investigación y desarrollo para reducir el impacto ambiental.
En este proceso el desperdicio de material es mínimo ya que tiene un rendimiento de casi el 100 por ciento, y gracias a sus capacidades magnéticas y a las corrientes de inducción, su recolección es sencilla y económica.
En la actualidad el acero que se utiliza tiene hasta 150 años de antigüedad y debido a que es un metal que no pierde sus cualidades (resistencia, dureza o maleabilidad) se seguirá utilizando por muchos siglos más.
Es deber de todos como ciudadanos, cuidar de nuestro entorno y ser conscientes para hacer del reciclaje un hábito, y no solo del acero, sino de cualquier otro material.
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